Ahora ando aquí probando, instalando y poniendo a mi gusto un portátil con el último Windows 8, (ironic mode on) la nueva maravilla de Microsoft, el sistema operativo revolucinario, pensado para utilzar en cualquier dispositivo, con una interfaz clara y sencilla de manejar (ironic mode off). No me gusta, es lento, muy lento.

Es cierto que la interfaz incial es bonita, intuitiva y seguro que muy útli de manejar con el dedo, no puedo decir lo mismo de manejarla con el ratón. Dicha interfaz sustituye al botón de inicio con los menús de programas y carpetas como documentos, música, etc..... un momento..... ¿Donde estan esas carpetas? No estan, en su lugar hay un botón que pone Music (aunque tengas configurado el sistema en Español) pero se conecta a XBox Music de Microsoft. La única forma de llegar a esas carpetas es pulsar en la esquina superior izquierda de la pantalla, o bien en donde pone Escritorio, entonces por arte de magia aparece un escritorio de Windows 7 pero sin botón de inicio y ya podemos usar el ordenador como si un windows 7 se tratase.

Otro tema es a la hora de instalar aplicaciones, automaticamente TODOS los accesos directos a componentes de la aplicación (eso que antes Windows agrupaba en carpetas en donde ponía "Todos los Programas") aparecen en el menú de inicio, no se vosotros pero aunque yo instale el Office no quiero que se me llene la pantalla de inicio de iconos, con tener los que uso me vale. Menos mal que se pueden quitar: clic con el botón derecho, aparece un menú en la parte inferior y desanclar de inicio. Estupendo..... ¿o no? ¿a donde ha ido? Pues tienes dos opciones, o bien la buscas (ratón a cualquiera de las esquinas derechas de la pantalla) o bien, clic con el derecho y te aparece un enlace a "Todas las aplicaciones", aunque mejor usdad la primera, la segunda os lleva a una pantallita llena de iconos tipo Android que da miedo y eso que el ordenador no tiene casi nada instalado.
Bueno creo que ya he despotricado suficiente para el rato que llevo con Windows 8. Si eso, más adelante os cuento más.
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